Eugenio y el abuelo

Entre mitos y pseudociencia

Eugenio: ¿Y entonces que paso abuelo?

Abuelo: Nada, Eugenio…

E.: ¿Cómo que nada?

A.: Que quieres que te diga, luz de mis ojos, nada.

E.: ¿Ni siquiera después de que pusieron a la venta el kit combo todo en uno “Autofecundación + CRISPR Cas9”?

A.: Te lo prometo, yo estaba en aquel entonces. Era un juguete, una estafilla de nada para sacar dinero. La gente se divertía con elegir los rasgos de su descendencia, los más vanidosos reproducían copias exactas, fidedignas de ellos mismos. Efectivamente, como dices, se desarrolló a partir de esa técnica del CRISPR cas9, a través de la cual se pudieron des-diferenciar algunas células somáticas de ratón macho y convertirlas en ovocitos [1]. Eso pasó hace muchos, pero que muuuchos años.

E.: Abuelo, pero en la delegación de jóvenes Mofaches [2]

A.: Eugenio ¿Aun pierdes tu tiempo detrás de estos Mofaches? Son seres sin cuello ni cabeza ¿Como puedes creer en lo que te cuentan?

E.: Abuelo, ya soy mayor, estoy atento, tengo tres pares de ojos y antenas, y tu… ya sabes que te quiero mucho… pero tu, eso, tu me das rabia: está cada vez más claro que en pocos siglos evolucionamos

A.: E-V-O-L-U-C-I-O-N-A-M-O-S… dice (suspirando)

E.: …si, de los seres humanos…

A.: Que risas me das Eugenio, ay pobrecillo, no tienes aun el pelo cobalto, apenas empiezas a tener una fina capa de titanio en las garras, y te crees tan sabiondo. Te lo dije mil veces, eso de la evolución es un cuento inocente, un poco romántico, para mi gusto exagerado, pero tiene su gracia. Tus padres te lo contaban para dormirte: esa fantástica aventura de seres que a través de pequeños cambios se adaptan a un entorno también cambiante, generando nuevas especies. Me pongo tierno si lo pienso, me lo contaban también mis padres, y lo bien que me dormía yo después. ¿Pero te das cuenta de lo fuerte que esta historia? No me puedo ni imaginar el genial Linceta al que un día se le ocurrió día.

E.: Abuelo, vamos a ver, como te lo explico: los Mofaches tienen documentos digitales que lo demuestran, procedemos de los seres humanos…

A.: Esta historia empieza a cansarme Eugenio…

E.: La evolución se fue cada vez más rápido a causa de los accidentes nucleares, antes los aves, los caballos y las plantas de Chernobil [3], luego las vacas de Fukushima [4]

A.: Tranquilízate Eugenio, y por cierto tomate el batido, ese que a ti te gusta. Está todo sano, te lo prepara el abuelo por ti: zanahoria, fresa, menta, yodo-131, plutonio-239 y un chorrito de cesio-137.

E.(traga un sorbo y se calma): Esta bueno, abuelo. Pero tu, tu… YO NO ENTIENDO como un Loberro como tu, uno con las plumas ya amarillo fosforito, tu que has leído tanto, has escuchado, has zigoviaggiato neurosinapticamente en todas partes ¿Cómo te puedes acomodar con lo que hay, con lo que te dicen ellos?

A.: Mi vida, lo que hablan son tus hormonas silicatas, y todos estos energy drinks esos que te tomas, llenos de mercurio, que te ponen a cien. De toda la vida hemos comido y bebido sustancias radioactivas, de toda la vida… ¿tu me ves cambiado? EVOLUCIONADO como dices (mofándose de el). Si claro, una pluma más que otra amarillo fosforito sale de vez en cuando, y ya los conejos verdes no me miran como antes, pero esta la llamo viejez, 258 años no son una broma.

E.: ¡Y los 500 que te esperan por vivir!

A.: ¡Por lo menos 500 más! Vamos al punto: precisamente porqué he zigoviaggiato neurosinapticamente más que tu, confía en tu abuelo, y deja de un lado seres humanos, evolución y estas historias. Son divertidas para pasar el rato, pero perdona que te lo diga, son bastante anticientíficas.

E.: ¿Anticientífico a mí? ¿Me estas llamando anticientífico? ¿A MI? Eso me indigna un montón, tu sabes que notas tengo en ciencias, eh?

A.: Solo demuestran que has memorizado la teoría de la estacionariedad del Darloose: te has aprendido cuatro cosas, y sin saber ni de que hablas, te sacas matrícula de honor. Y eso que Darloose fue uno de los más grandes científicos entre los linces rojos.

E.: ESO NO ES VERDAD: yo la teoría de Darloose la he trabajado un montón, he leído artículos, ensayos, está super-comprobada ¿cómo puedes decirme eso?

A.: ¿Ahora te he picado, verdad? Mira Eugenio, eres un buen chaval, apasionado, profundo y crítico. Entiendo que te quieras hacer nuevos amigos, que ya no quieres salir con lo Cerdones, que son un poco aburridos, y solo quieren competir a quien brilla más de noche. Con los Mofaches te la pasas bien, ahora te parecen más interesantes. Que te puedo decir, diviértete, pero no te tomes sus ideas “revolucionarias” en serio: yo te quisiera sabio, equilibrado y racional, y deseo que crezcas con estas dotes.    

E.: Insisto abuelo, yo creo en la teoría de la estacionariedad, hay evidencias por todos lados, y a más que vamos avanzando en estudios y descubrimientos, más confirmas tenemos, pero, pero… ¿y si antes de la Gran Luz éramos “humanos”? pequeños seres sin plumas, ni ojos, ni dedos… sin titanio, ni hormonas silicatas, alérgicos a las radiaciones. Pequeños seres ingenuos y estúpidos que empezaron a experimentas con los elementos radioactivos…

A.: …“cuando en el mundo no había ningún ser vivo emitiendo más de pocos cientos de bequerelios por kilo”, así empieza uno de los mitos más fascinante de la cultura pre-uránica. Son cuentos fascinantes Eugenio, y yo creo que hay que conocerlos, pero son mitos, fascinantes y atractivos, pero al fin al cabo, mitos y nada más. ¿Es posible observar algo antes de la Gran Luz? Cientificaménte hablando ¡a eso me refiero!  

E.: La verdad que no, antes de la gran luz no podemos ni observar, ni demonstrar nada. PERO los humanos también tenían una teoría llamada Big Bang, una explosión que dio origen a todo…

A.: Es interesante, viste que en los mitos, inclusos en los muy antiguos de la era pre-uránica, algo empezamos a vislumbrar: lejos de ser ciencia, era como una Gran Luz.

E.: Ya… entonces son todos mitos…?

A.: Si, mi vida, fascinantes mitos. Si te los tomas en serio se convierten en pseudociencia. Ahora vamos a poner un poco de música, enciéndeme la radio.

Vedremo soltanto una sfera di fuoco, più grande del sole, più vasta del mondo; nemmeno un grido risuonerà e solo il silenzio come un sudario si stenderà fra il cielo e la terra, per mille secoli almeno, ma noi non ci saremo, noi non ci saremo.

Poi per un anno la pioggia cadrà giù dal cielo e i fiumi correranno la terra di nuovo verso gli oceani scorreranno e ancora le spiagge risuoneranno delle onde e in alto nel cielo splenderà l’arcobaleno, ma noi non ci saremo, noi non ci saremo.

E catene di monti coperte di nevi saranno confine a foreste di abeti: mai mano d’ uomo le toccherà, e ancora le spiagge risuoneranno delle onde e in alto, lontano, ritornerà il sereno, ma noi non ci saremo, noi non ci saremo.

E il vento d’estate che viene dal mare intonerà un canto fra mille rovine, fra le macerie delle città, fra case e palazzi che lento il tempo sgretolerà, fra macchine e strade risorgerà il mondo nuovo, ma noi non ci saremo, noi non ci saremo.

E dai boschi e dal mare ritorna la vita, e ancora la terra sarà popolata; fra notti e giorni il sole farà le mille stagioni e ancora il mondo percorrerà gli spazi di sempre per mille secoli almeno, ma noi non ci saremo, noi non ci saremo, ma noi non ci saremo…

Solo veremos una bola de fuego, más grande que el sol, más grande que el mundo; ni un grito resonará y sólo el silencio se extenderá como un sudario entre el cielo y la tierra, por lo menos durante mil siglos: pero ahí no estaremos, nosotros no estaremos ahí.

Entonces por un año la lluvia caerá del cielo y los ríos volverán a correr la tierra hacía los océanos fluirán y de nuevo resonarán las olas en las playas y el arco iris brillará alto en el cielo, pero ahí no estaremos allí, nosotros no estaremos ahí.

Y las cadenas de montes cubiertas de nieve bordearán bosques de abetos: nunca la mano del hombre los tocará, y aún las olas resonarán en las playas y arriba, lejos, volverá el resplandor, pero ahí no estaremos allí, nosotros no estaremos ahí.

Y el viento veraniego que llega del mar cantará una canción entre mil ruinas, entre los escombros de las ciudades, entre casas y palacios que poco a poco el tiempo derrumbará, entre coches y carreteras se levantará un mundo nuevo, pero ahí no estaremos allí, nosotros no estaremos ahí.

Y la vida vuelve en los bosques y en la mar, y de nuevo la tierra será poblada; entre noches y días, el sol hará las mil estaciones y de nuevo el mundo caminará los espacios de siempre durante por lo menos mil siglos, pero ahí no estaremos allí, nosotros no estaremos allí…

«Noi non ci saremo», Nomadi, del disco «Ma noi no» (1992)

A.: Eugenio, otra cosa…

E.: Si?

A.: Los documentos digitales: estas cajas finas que pueden aparecer y desaparecer imágenes y símbolos a la velocidad de la luz, viajando en finos hilos de… ¿de que era? ¿de cobre?

E.: Ehm… si, me parece…

A.: Es supersurrealista ¿no crees? ¡Va más allá de la ciencia ficción!

E.(ya rendido y cansado): Puede ser…


[1] https://elpais.com/ciencia/2022-03-08/cientificos-chinos-consiguen-que-una-ratona-tenga-hijos-sin-necesidad-de-esperma-ni-sexo.html

[2] Mofaches, loberros, cerdones y lincetas son creaciones monstruosas, una nueva fauna del mundo distopico postapocaliptico de la trilogía de Maddaddam, novelas de de Margarite Atwood

https://www.nature.com/articles/d41586-023-00755-1

[3] https://metode.es/revistas-metode/monograficos/laboratorio-evolutivo-chernobil.html

https://www.theatlantic.com/science/archive/2016/04/the-creatures-that-remember-chernobyl/479652/

[4] https://www.youtube.com/watch?v=kuhzHjWPBms

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