Muchos de los activistas usuarios de Twitter a menudo son ridiculizados como «slacktivists», juego de palabras del inglés “slack”-“flojo“ y “activist”-“attivista”, al tener un compromiso superficial y como única actividad reenviar los mensajes. Sin embargo precisamente estos tipos de usuarios parecen jugar un papel importante en la propagación de los mensajes de protesta.
Los autores de este estudio han trabajado con un conjunto de datos que rastrean la comunicación de Twitter sobre los movimientos del parque Taksim Gezi de Estambul en mayo de 2013, que comenzaron en un principio como una crítica contra los planes de desarrollo urbano, y se convirtieron rapidamente en una manifestación masiva contra el gobierno.
Seleccionando los mensajes que contuvieran etiquetas[1] relacionadas con las protestas, llegaron a recoger un total de 30 millones de mensajes enviados por casi 3 millones de usuarios, y los analizaron mediante las API (interfaces de programación de aplicaciones) de Twitter[2]. Al mismo tiempo, mediante las coordenadas geográficas de los tweets enviados, pudieron identificar los usuarios presentes físicamente en la plaza Taksim. La red de reenvíos de mensajes, los “retweets”, ha sido construida usando como nodos los distintos usuarios, con aristas dirigidas desde el usuario que reenvía hasta el que comparte originalmente el mensaje. La estructura de esta red es hierarquica, con un núcleo de usuarios muy activos, que produce mensajes originales, y una periferia de usuarios flojos que reenvía sus mensajes. Para que tengamos una idea, el máximo número de reenvíos de mensajes procedentes de un usuario activo es más de 180 mil, mientras el número máximo de mensajes reenviados por un usuario periférico es de poco más de 2 mil.
Sobre la red se ha analizado la actividad de los nodos, es decir la cantidad de mensajes de cada usuario, originales o reenviados, con etiquetas relevantes de la protesta, y el alcance, que es la fracción de seguidores de cada usuario de cada usuario (“followers” en el lenguaje de twitter) sobre el total.
La identificación de núcleo y periferia de la red se ha hecho a través de la técnica de k-core decomposition, donde la red se parte en subredes, los k-núcleos, que son la máximas subredes donde cada nodo tiene por lo menos k aristas (en práctica son sub redes donde todos los nodos están conectado entre sí, y algunas conexiones van hacia otra subredes), tal como se puede ver en el ejemplo de figura 1.
La red obtenida se puede ver en figura 2. El tamaño del nodo es proporcional a la actividad. El ancho de las aristas es proporcional a los retweets entre los distintos k-núcleos, mientras el color de los nodos es proporcional al porcentaje de participantes que informaron via tweets de estar en el parque Taksim Gezi, el epicentro geográfico de las protestas.
El resultado principal en la siguiente figura 3, donde podemos ver que eliminando tan solo los primeros 5 k-núcleos, el alcance de la red remanente baja de más del 50%. Por lo tanto, a pesar del relativo poco alcance de los usuarios «periféricos» de los primeros k-núcleos, el alcance de los participantes del núcleo activo habría disminuido sustancialmente por la ausencia de estos.
Los usuarios “flojos“ y “periféricos” son entonces fundamentales para aumentar el alcance de los mensajes de protesta, y el éxito de las minorías de activistas comprometidos en maximizar el número de ciudadanos conectados expuestos a mensajes de protesta depende de la activación de la “periferia”, que es entonces su “cono del megáfono”.
Para más informaciones les remitimos a este video divulgativo de la Annenberg School of Communication (University of Pennsilvanya, USA):
https://www.youtube.com/watch?v=_tMzMH58vyc
Este artículo se basa en la publicación científica del 2015 “The Critical Periphery in the Growth of Social Protests“
https://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0143611
[1] En el lenguaje de twitter son los “hashtags”, palabras clave que empiezan con el carácter #
[2] https://help.twitter.com/es/rules-and-policies/twitter-api