El Museo de Ciencias del IES Padre Suarez: historia, didáctica y ciencia, caminando juntas

Martes 10 de enero de 2023 

Me presento en el Instituto de Educación Secundaria Padre Suárez de Granada donde he quedado con los profesores Emilio Padilla y Adelaida Adarve para una visita guiada particular de su Museo de Ciencias, ubicado en el sótano de este majestuoso edificio, sede del instituto más antiguo de la ciudad. Emilio Padilla mientras me muestra la sala de física y química me cuenta por qué la historia de la creación de este museo está íntimamente conectada con la historia del instituto.

En 1845 se aprueba en España la Ley Pidal por la que se crean los Institutos de Segunda Enseñanza: éstos debían tener gabinetes de Historia Natural, Física y laboratorio de Química, con las colecciones de elementos naturales, aparatos e instrumental necesarios para las clases de estas ciencias.

Estaban previstas tres categorías de institutos, y al Instituto Padre Suarez se le asignó la primera categoría, la más prestigiosa, implicando que este dependía directamente de la institución universitaria de la ciudad, la Universidad de Granada (UGR). Algunos de aquellos profesores compaginaban su actividad didáctica en el instituto con la actividad académica en la universidad. La ley Pidal asignaba grandes cantidades para la adquisición de material. Como muestra de ello, en el curso 1864-1865 el instituto tenía un presupuesto que doblaba al de la misma Universidad de Granada. Precisamente el gran impulsor de los gabinetes fue el Catedrático de Historia Natural, Fisiología e Higiene (y director en varios periodos) D. Rafael García Álvarez. Las colecciones de los gabinetes eran de tal calidad que obtuvieron la medalla de oro en la Exposición Internacional de Barcelona de 1888.

En la sede actual del Instituto Histórico Padre Suárez de Granada se comienza a dar clase a principios del siglo XX, concretamente en 1918. En 1985 se realiza una primera exposición tras una primera labor de recuperación y restauración de muchas de sus piezas, y, después de varias etapas de restauración, en 1995 el museo abre oficialmente sus puertas, gracias a la gran labor desarrollada por el profesor de Biología y Geología Luis Castellón, primer responsable del Museo hasta 2014. El Museo de Ciencias del Instituto Padre Suárez está reconocido como museo oficial de la Junta de Andalucía.

En la sala de Física y Química hay más de 800 piezas, la mayoría son aparatos procedentes de los gabinetes del siglo XIX. Los que antes experimentos didácticos para el alumnado, ahora son piezas de museo: además de mostrar fenómenos físicos en sí, son casi todos funcionantes, destacan por el diseño y por los materiales empleados.

Entre las muchas piezas interesantes, destaco las máquinas de vapor en miniatura de latón, alimentada con alcohol, y los modelos articulados en cartón, accionables mediante una manivela trasera, para describir sus piezas y mecanismos de funcionamiento.

Estos aparatos se adquirían en Francia y en Alemania, ya que en el siglo XIX no existían las casas comerciales de aparatos didácticos en España. Los catálogos de estas empresas también se conservan en el Museo, teniendo un gran interés histórico como fuente de información, y por el estilo de los dibujos.

Una de las piezas estrella de esta sala es un modelo de planetario mecanizado de 1860, capaz de reproducir los movimientos terrestres, lunares y planetarios. Se encuentra protegido por una esfera de cristal en cuya superficie se representan las principales constelaciones de la bóveda celeste.

Entre las piezas que han llegado gracias a donaciones, hay un aparato de rayos X de la primera mitad del siglo XX. Me parece sorprendente que haya sido rescatado de la cada vez más rápida carrera de desarrollo/uso/deshecho debido al enorme avance tecnológico en medicina en el último siglo.

Durante la visita bajan un par de alumnos a preguntarle a Emilio que les enseñe un experimento de electrostática. Me explica que durante el descanso está permitido a los alumnos bajar al museo y pedir que se les enseñe lo que necesitan para sus estudios. Actualmente el museo está abierto al publico general, admite todo tipo de visitas, de las particulares, como la mía, a grupos de alumnos de otros institutos, a asociaciones de mayores y otros colectivos.

En los meses del estado de alarma y del confinamiento, Emilio Padilla y el periodista Antonio Arenas de ciencias del diario local “El Ideal de Granada” empiezan una colaboración en un proyecto que une la labor de catalogación del museo con la difusión de la ciencia a través de estos objetos históricos: en la sección online “Ideal en clase”, dedicada al mundo escolar, nace la entrada del “Elemento de la semana del Museo de Ciencias”

https://en-clase.ideal.es/?s=elemento

Estas fichas didácticas también se pueden obtener a través del escaneo de un código QR en etiquetas disponibles en las vitrinas de la sala de física y química, permitiendo guardar la descripción de los objetos en el propio teléfono móvil.

En el resto de las salas me acompaña la profesora Adelaida Adarve.

En la sala de Paleontología y Anatomía comparada tengo la oportunidad de ver la evolución del desarrollo de la geocronología, i.e. la manera de catalogar las eras geológicas, y de sus protagonistas,

de conocer el origen histórico y geográfico de la colección de fósiles del museo,

de ver uno de los primeros modelos de dinosaurios, fabricados por Artur Eloffeen en 1862, en una representación actualmente considerada incorrecta,

y de apreciar la manera de trabajar de un paleontólogo del siglo XIX.

En general todas las salas del museo hay instalaciones y piezas descritas con un corte específicamente histórico. Así tenemos en la sala de biodiversidad una colección de semilleros procedente del real jardín botánico de Madrid del 1870, con sus frascos y etiquetas originales.

En la sala de mineralogía, cristalografía y petrología, tenemos modelos cristalográfico en cristal de Bohemia, en haya prensada, o más moderno en metal,

oro nativo del rio Darro de Granada, cuyo nombre procede precisamente por la presencia del precioso metal,

la historia del la colección de meteoritos de Ausson-Montrejeau,

y finalmente el neceser del mineralogista, siempre del siglo XIX.

Llegamos en la sala de los modelos anatómico del Dr. Auzoux, fabricados en papel maché, un material innovador en el siglo XIX, y perfectamente conservados hasta nuestros días.

De particular interés es el modelo clástico de encéfalo y médula espinal, muy detallado, desmontable en 14 piezas, que permite una disección virtual en cortes mediosagital, axiales y coronal.

Los modelos de cráneos humanos están clasificados según las «razas», en puro estilo de la época en la cual se fabricaron, durante el auge de la frenología, teoría pseudocientífica, que afirmaba la posible determinación del carácter y los rasgos de la personalidad, así como las tendencias criminales, basándose en la forma del cráneo, cabeza y facciones. La forma del cráneo de la raza humana caucásica hubiera demostrado entonces la superioridad de esta raza frente a las otras.

Estos modelos anatómicos tienen un gran valor científicos incluso al día de hoy, y de hecho ayudarán a la profesora Adelaida Adarve y a sus alumnos en su próxima actividad de disección de un cerebro de cordero con identificación de las distintas partes anatómicas[1].


El trabajo de restauración, mantenimiento, conservación y catalogación de las obras expuestas en el Museo de Ciencias es continuo e interminable, por esto el museo dispone de un cuarto específicamente dedicado a esa labor.

Durante estas ultimas semanas los profesores Padilla y Adarve se están dedicando a ordenar y catalogar las colecciones de audiovisuales y de conchas del museo

Más a medio plazo la profesora Adarve prevé el desarrollo de actividades de clasificación museológica y reedición de antiguas fichas y etiquetas, cuyos contenidos se sitúan entre ciencia, historia y museología.  

El Museo de Ciencias del Instituto Padre Suárez es sin duda ninguna un magnifico espacio donde ciencia, historia humana, historia de la ciencia, divulgación y didáctica se encuentran de manera armoniosa y eficaz, estimulando el interés por aprender. Mi enhorabuena para las guías y para todo el personal del instituto, el cual, con muchas horas de trabajo y esfuerzo, sigue manteniendo vivo este legado de gran valor cultural.

[1] Para los lectores más curiosos que quieran diseccionar un cerebro en su casa: https://lacienciaesaburrida.wordpress.com/2022/03/21/el-cordero-cuerdo/

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