¿Cómo se posiciona la Epistemología Histórica frente al esencialismo?

El esencialismo es un término que se refiere a las filosofías y epistemologías cuya misión es describir la esencia, lo que hace que un objeto o individuo sea lo que es, por oposición a las contingencias, i.e. lo que es accidental, cuya ausencia no cuestiona la naturaleza de este ser, su identidad. Ahora la esencia al no ser contingente, no es tiene tampoco atributos históricos, ya que es aquello que describe la naturaleza profunda y supuestamente invariable, atemporal, de las cosas. El enfoque esencialista dominante en epistemología a lo largo de más de dos milenios, porqué se apoya en la experiencia del sentido común, en ventana cognitiva de la experiencia cotidiana: es muy sensato ser intuitivamente esencialista en la percepción cotidiana del mundo. No podríamos conocer el mundo si asumiéramos que este mutara sin cesar ante nuestros ojos. El esencialismo es entonces una guía, una estructura de conocer que tenemos para orientarnos en el caos de estímulos, e (intentar) sobrevivir.

La Epistemología Histórica, por otra parte, tiene como fundamento la historicidad de la Epistemología, y la historicidad de su objeto de estudio, i.e. los hechos epistémicos: Qué conocemos y Cómo conocemos. Entonces al conferir un peso determinante a la historia del conocimiento, y en especial a la del conocimiento científico, por su asunción y análisis de la contingencia o relatividad histórica de la ciencia, no es y no puede ser esencialista.

La transición de enfoque predominante, del esencialismo al historicismo, se debe, entre muchos factores, a la caída en desgracia del esencialismo, a causa de la ciencia moderna, a partir del en el siglo XVII [1], y a algunas nuevas teorías de la historia del conocimiento científico, como la teoría evolutiva de Charles Darwin del siglo XIX o las teorías físicas cuántica y relativista de la primera mitad del siglo XX, que cambiaron radicalmente la noción de especie por un lado, y las de posición, velocidad, trayectoria y tiempo por el otro, tanto que no queda en ella nada del arquetipo esencialista de las definiciones tradicionales. El choque conceptual producido por las ideas de que las especies evolucionan, que posición y velocidad de una partícula depende de una interacción entre sistema y observador, y por ende de su historia, y que tan siquiera el fluir del tiempo no es absoluto, causó la ruptura de muchos prejuicios ontológicos previos, favoreciendo una visión histórica de la epistemología. La historia del esencialismo es un buen ejemplo de cómo la historia de la ciencia y de sus ideas afecta a los prejuicios epistemológicos establecidos y por qué sus cambios conceptuales deberían ser objeto de la epistemología, dando evidencias de la interrelación de los comportamientos culturales humanos entre varios ámbitos.


[1] Isaac Newton advirtió en sus Principia Mathematica (1687), en tono de disculpa, que él no explicaba la naturaleza profunda de la naturaleza, su sustancia o esencia, sino su comportamiento. La química de Richard Boyle, de Antoine Louis de Lavoisier y la teoría de los elementos de Lothar Meyer y Dmtri Mendeleiev minaron las bases de la distinción aristotélica entre sustancia y accidentes

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